
24 Ene ¿ Cómo acabar con las discusiones y frustraciones DE SIEMPRE? #tuestiloafectivo
¿ Cómo acabar con las discusiones y frustraciones DE SIEMPRE en tu relación o citas? #tuestiloafectivo
Te animo a leer esto que viene para averiguar cómo ganar estilazo y tranquilidad en tus relaciones.
Hay diferentes responsables de los conflictos, pero en este artículo te quiero presentar la mosca más cojonera que te persigue. Se llama: TU ESTILO AFECTIVO.
Quizá en algún momento me has oído hablar del patrón o estilo afectivo. Para mi es crucial conocerlo y ser muy conscientes de ello. ¡Allá vamos!
1. ¿Qué es el estilo afectivo?
Así, en plan alto y claro: la forma en que damos y recibimos afecto en una relación; cuál sea la fase en la que se encuentre ( dating, inicio, fase de convivencia…).
Serian todos los tejemanejes que un@ hace para encontrar el equilibrio entre lanzarse y dejarse llevar: CONFIAR; y PROTEGERSE; marcar limites y normas claras.
También me gusta: Saber dónde acaba mi libertad y empieza la del otro para satisfacer las necesidades y ritmo de cada miembro de la pareja.
Conocer tu estilo afectivo te permite coger las riendas en esto de “querer” y dejarse querer” y así evitar que seamos víctimas de nosotros mism@s y de nuestra “mala suerte” amorosa.
2. ¿Cómo empieza nuestro estilo afectivo?
¡Allá vamos! Nuestra forma de “ querer” y “dejarnos querer” empieza a definirse en la infancia. En la relación con nuestros cuidadores primarios es con quién empezamos a crear nuestras primeras representaciones (significados) mentales de qué significa “querer” y “ser querido”:
Por ejemplo: Me quieren, puedo confiar y soy visto… me dan besos o tengo una necesidad, lloro y vienen a satisfacerme.
O, por ejemplo: No me quieren, no se si confiar y no soy visto…estoy inquieto y me dicen que soy mal@; o nadie me tranquiliza; o a veces me tranquilizan y otras no me prestan ninguna atención y tengo que seguir insistiendo…
A lo largo de nuestra vida, estas representaciones mentales se activan en situaciones de intimidad:
Un caso podría ser: Si empiezo a sentir o a vincularme, mejor retirarme cuanto antes porqué se me activa la memoria de que “si me vinculo no me aceptaran o no me cuidaran”.
Otra forma podría ser la de: “mi valor personal depende de insistir y buscar tu atención y aprovación”.
Estas representaciones mentales modulan nuestra autoestima y la confianza con los demás.
El RESULTADO es:
Si he tenido un vinculo sano en la infancia con mis cuidadores (y con las persones de mi entorno a lo largo de mi vida) y una imagen positiva de mi mismo, me permito ser amado; y así, tengo baja ansiedad a ser rechazado o abandonado. Si tengo una imagen más negativa de mi mismo, siento menos confianza y más miedo al abandono.
La BUENA NOTICIA: Esto NO es ni incambiable ni perpetúo ni rotundo.
A medida que uno se da oportunidades y ganas de aprender de los baches amorosos, va mejorando su estilo afectivo y a quererse más.
3. ¿Qué tipos de estilo hay?
Unos cracks sobre este tema, lo resumen en esta tabla (Modelo de clasificación del apego de Bartholomew):
Autoestima Baja ————————————————– Autoestima Alta | ||
Más Confianza con los demás
Menos confianza con los demás |
SEGURO | PREOCUPADO |
EVITATIVO | TEMEROSO |
¿Con cuál te identificas más?
Igual eres un poco de un par de ellos, es natural que no te identifiques con un estilo puro. Lo que si es recomendable es aceptar tus limitaciones y caminar paso a paso a un estilo más seguro.
También te será útil identificar el estilo de tu pareja o “ posible candidat@” ( no te precipites tampoco, pero si llevas tiempo picando piedra intenta averiguar con que mosca cojonera estás tratando).
Te explico un poco de cada estilo para qué lo identifiques más claramente:
Estilo seguro: tienen una percepción positiva de sí mismos y de los demás. Se sienten tranquilos al acercarse y a empezar vínculos con otros. No tienen líos entre intimidad, libertad y autonomía. Saben que en un vínculo sano nadie pierde libertad, sino que respetan la de ambos.
Estilo ansioso: buscan los vínculos pero temen ser rechazados o desvalorizados y lo viven con miedo y ansiedad. Riesgo de ser demasiado complaciente y no respetar las propias necesidades.
Estilo evitativo: están a la defensiva y sienten miedo a los vínculos, así que les quitan importancia y escogen perder la intimidad con los otros a cambio de explicarse que son “autosuficientes”. Apostan por la realización personal, engañándose de que una relación no deja espacio a uno mismo.
Estilo temeroso: sienten el deseo de conectar e intimar, pero desconfían y evitan involucrarse en las relaciones. Temen ser rechazados.
No estamos enfundados en un estilo concreto ( ni en un nivel de autoestima concreto) para toda la vida.
¡Trabaja para unas relaciones sanas contigo y con los demás, gran parte de tu bienestar depende de ello!
Espero que te sea útil.
un abrazo,
Elisabet Aulet
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