7 TRUCOS QUE DEBERÍAS UTILIZAR EN LAS DISCUSIONES PARA “ESTAR EN EL MISMO EQUIPO” QUE TU PAREJA

7 TRUCOS QUE DEBERÍAS UTILIZAR EN LAS DISCUSIONES PARA “ESTAR EN EL MISMO EQUIPO” QUE TU PAREJA

¿Cómo reparáis los conflictos?

Esta es una pregunta que a veces lanzo en terapia. Generalmente, las respuestas más comunes son: poner cara de póquer, “siempre cedo yo”, “dejamos de hablar hasta que llega el buen rollo”, o, “es que no nos discutimos”. En algunas ocasiones, la pareja habla de algún método propio para cerrar los conflictos. 

En general, hay una sensación de tensión al hablar de conflictos. Y creo que una vez más esta sensación esta asociada a mitos del amor romántico ( o realidades de las relaciones tóxicas): “el amor lo puede todo”, “ las parejas que funcionan no discuten”

Imagina cualquier entorno en el que te mueves (trabajo, escuela de tus hij@s, familia, amig@s…). ¿Hay conflictos? En todos los lugares hay conflictos. Dónde hay convivencia hay conflicto. Otra cosa es que se vivan y se solucionen de una manera en la que parece que no ha pasado nada grave.

 

Cuando las parejas NO discuten generalmente suceden dos cosas:

 

  1. Evitan el conflicto. Esconden los trapos sucios debajo de la alfombra. Evitando las situaciones de conflicto no se aprende a discutir, con lo cual la relación se resentirá y puede aparecer distanciamiento emocional.
  2. Saben discutir utilizando las herramientas y formas adecuadas para llegar a un acuerdo o a una solución satisfactoria. Así, el resultado es positivo y la sensación es de “estar en el mismo equipo”. No dejan que el conflicto ocupe un lugar central en su relación y siguen mostrándose afectuosos con el otro aunque haya conflicto.

 

La situación 2 es la realista. La que habla de que has hecho tu trabajo antes de entrar en una relación. Si no miras ni vacías tu mochila emocional antes de entrar en una relación, será más difícil no sentirte abrumado o no tomarte las discusiones como algo personal. Pero, nunca es tarde para empezar a mejorar.

Muchas discusiones, principalmente las que parecen “tonterías” (ejemplo: “la ropa se cuelga así” – y no como tú lo haces-), acaban siendo luchas de poder. El poder en una relación es un tema a zanjar y a trabajar también a nivel individual porque “sumarte a la lucha” quizá tiene más que ver con tu pasado que con tu pareja.

 

¿Cómo puedes reparar los conflictos?

  1. Me he equivocado. A esto yo lo llamo “saber perder”. Lo pongo en primera posición porque es la cosa más sexy que puedes hacer cuando discutes. Cuando tu pareja ve que te responsabilizas de tu parte, os une, se siente reconocid@ y atentid@. Esto alimenta la “atracción emocional” que es tan importante como la física.
  2. ¿Estamos hablando bien? Dar señales cuando sube el tono durante la discusión es un buen hábito para manejar la discusión y no ella a ti. Habla con tu pareja sobre este tipo de acciones y hábitos nuevos para comprometeros con ellos y ponerlos en práctica.
  3. Haz descansos en las discusiones. En las parejas hay diferentes necesidades en un conflicto. Por ejemplo, uno quiere zanjarlo ya y el otro necesita bajar la tensión emocional porque la rabia lo gana rápidamente o le incomoda demasiado discutir. En esta situación es bueno priorizar la calma y saber parar y aplazar la discusión para retomarla en un ambiente de tranquilidad.
  4. Escucha a tu pareja. Escuchar es otra de las cosas que más mal hacemos en la comunicación. La escucha tiene que ser atenta, activa y empática. Es decir: “haz que el otro se sienta escuchado”. Asegúrate de que le das esta adrenalina. Verás los beneficios que te trae. 
  5. Autocalmate. Tus emociones son tuyas, así que algo tendrás que hacer con ellas si suben de tono. Haz un pequeño ejercicio de auto-observar cuáles son tus señales corporales que activan tu rabia y las situaciones que te encienden, así como prepara un listado de acciones que puedes hacer para volver a la calma.
  6. Acepta las diferencias. Es imposible encontrar tu clon. Así que o trabajas para “aceptar lo que has comprado” o lo dejas ir. Eres libre de elegir. El trabajo de las diferencias empieza por tu auto-conocimiento. Es importante valorar también las diferencias en el momento de elegir pareja y, a la vez, trabajar para sumar herramientas en tu relación y despertar la curiosidad.
  7. Pide disculpas. Acepta las disculpas. Esencial. Y sobre todo, hazlo con calité. Crea confianza en tu relación enviándole a tu pareja el mensaje de “soy capaz de hacerme responsable de mis equivocaciones y de aprender a mejorar”. Añádale el “me sabe mal haberte herido”. Reconoce y repara el estado emocional y la herida de tu pareja. Esto es fundamental para zanjar las discusiones asegurándote de que todo está bien.

 

Los conflictos son necesarios y sanos en una relación. 

Saber manejar el conflicto y aceptar la diferencia hace que la relación sea más consciente y más madura. 

 

Espero que te sea útil.

un abrazo,

Elisabet Aulet

 

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