
02 Feb 4 formas de practicar la autocompasión:
4 formas de practicar la autocompasión:
De la autoestima a la autocompasión
Vivimos en la cultura de la autoestima. Buscamos sentirnos bien a toda costa. Intentamos eliminar nuestros defectos e imperfecciones y nos evaluamos por nuestros resultados y logros más que por quien somos y por el valor innato que tenemos.
No es que la autoestima se inventara para ensalzar nuestro sentimiento humano de sentirnos especiales, que es comprensible, o para obligarnos a trabajarnos y cambiar y mejorar para estar por encima de la media. La autoestima se inventó para aprender a ver y darnos valor y reconocimiento a nosotros mismos.
Pero la trampa de la autoestima está en que se alimenta la necesidad de autoevaluación positiva continuamente.
Esto es imposible.
¿Cómo podemos valorarnos con amor y amabilidad si no aceptamos nuestras imperfecciones/debilidades?
La autocompasión nos ayuda a ser amables, empáticas y generosas con nosotras mismas. Es la liberación de la autoexigencia y el perfeccionismo.
Es dejar de deshumanizarnos y vivir en modo robot, para aceptar que somos humanos y tenemos derecho a ser imperfectos para querernos auténticamente y a equivocarnos para aprender y crecer.
1.Afina tu diálogo interior. Valórate justamente: no olvides elogiarte y hablarte a ti misma recordando tus cualidades. La autocrítica negativa nunca te va a llevar al lugar que quieres estar. Así que, después de un latigazo de autocrítica, elógiate tres veces.
2. Caza tus pensamientos de juicio hacia ti y déjalos pasar: eres mucho más que tus pensamientos. Los pensamientos de juicio corrompen tu tranquilidad y tu aceptación. Los pensamientos no son la realidad, sino hipótesis de la realidad.
3.Cuando sientas una emoción negativa ten un papelito cerca que te recuerde: ¿“Cómo puedo consolarme y calmarme en este momento? Si no estás preparada para hacerlo, vete a dar una vuelta, una ducha, llora… Y en un rato vuelve a leer la nota.
4.Cada vez que te compares observa de qué te sirve, te funciona… ¡Cambia de solución! La comparación es un mecanismo cognitivo negativo. Siempre salimos perdiendo, porque nos sentimos pequeños o porque nos situamos por encima de la media, buscamos ser especiales y perfectos y dejamos de reconocer nuestros errores, lo que no nos ayuda a crecer y a tener relaciones sanas y justas.
¿Hay días que te cuesta quererte? ¿Qué te parece mirarte con autocompasión?
Espero que te sea útil. Te leo.
Elisabet Aulet
No hay comentarios